En el último decenio, gracias a las iniciativas emprendidas para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la proporción de personas que viven en barrios marginales se ha reducido más de la mitad. Sin embargo, durante el mismo período, debido al rápido ritmo de la urbanización, en particular en los países en desarrollo, ha aumentado el número de personas que habitan en barrios marginales. En algunas regiones del África Subsahariana, el 70% de los habitantes de las zonas urbanas viven en barrios marginales y asentamientos improvisados.
Los barrios marginales suele estar en las zonas menos idóneas y apropiadas para vivir, por ejemplo, en llanuras aluviales y laderas empinadas, y son intrínsecamente vulnerables a los fenómenos meteorológicos cada vez más severos que causa el cambio climático. Muchas de las personas que habitan en barrios marginales se vieron obligadas a migrar por la falta de oportunidades en las zonas rurales que antes habitaban o en sus países de origen. Con frecuencia carecen de servicios básicos como los de abastecimiento de agua, saneamiento, suministro de electricidad y alumbrado público. A menudo, la delincuencia es endémica, y las mujeres y las niñas son las más expuestas a ese riesgo. El desempleo, el subempleo y el costo del transporte a lugares distantes de trabajo agravan las dificultades.
Para lograr el desarrollo sostenible y una vida digna para todos, debemos intentar resolver estos problemas. Este año, el Día Mundial del Hábitat está dedicado a dar voz a los habitantes de los barrios marginales. A menudo, las personas de los barrios marginales viven en un anonimato casi total —no tienen una dirección, no están censadas y no saben cuándo mejorarán sus condiciones de vida. Aprendiendo de sus experiencias, los planificadores urbanos y los encargados de formular políticas pueden mejorar el bienestar de una parte considerable de la familia humana. Escuchemos pues a las personas que viven en barrios marginales para que nos expliquen qué es lo que ha funcionado y lo que no, y lo que tenemos que hacer.
En este Día Mundial del Hábitat, aliento a los gobiernos, las empresas, las instituciones académicas y las organizaciones no gubernamentales a que den voz a los habitantes de los barrios marginales y escuchen lo que tengan que decir. Tenemos la tecnología y los conocimientos para construir ciudades sostenibles desde el punto de vista económico, social y ambiental, basadas en soluciones locales. La ampliación de nuestras ciudades de una forma bien planificada y gestionada no solo es necesaria para satisfacer las necesidades de vivienda de nuestra creciente población urbana, sino que también es fundamental para luchar contra el cambio climático, proteger el medio ambiente y apoyar el desarrollo sostenible. Concentrémonos en un nuevo programa urbano que no deje a nadie atrás.
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